Descripción enviada por el equipo del proyecto. Este departamento es una clásica residencia de Saigón que estaba dividido en habitaciones pequeñas y separadas por paredes. La cliente quiso renovarlo y convertirlo en un espacio abierto, rústico y cercano a la naturaleza para ella, su hijo y una empleada doméstica.
Dos grandes muros de hormigón armado son la estructura principal del departamento, que divide el piso en tres espacios; dos áreas para dormir a los lados y el espacio de la sala de estar, comedor y cocina en el medio, que dan hacia un gran balcón. Los tres espacios tienen grandes fachadas de vidrio, proporcionan luz y un flujo de aire más profundo en el interior.
Las paredes divisorias y el techo oculto de paneles de yeso se retiraron para devolver la sensación de espacio libre. El gran balcón se convierte en un pequeño jardín ubicado en el centro del departamento. Para mantener a la madre y al hijo en contacto con los árboles y entre ellos, se abrieron dos grandes aberturas en las paredes entre los espacios para dormir y el jardín. Las paredes, el piso y el techo han sido terminados con pintura y terrazo en blanco. En ese espacio, construimos un conjunto de estructuras inclinadas con diferentes ángulos y dimensiones. Dependiendo del ángulo y la distancia con las paredes, cada estructura inclinada creará un espacio flexible con funciones específicas.
La combinación de estructura inclinada en el espacio de fondo blanco crea un ambiente rico en experiencias al interactuar con actividades humanas. Excitantes recuerdos de las terrazas, callejones, cercas de bambú con las que alguna vez estuvieron familiarizados. La madre puede sentarse y leer libros tranquilamente debajo de la terraza, mientras su hijo juega en el jardín, alrededor del callejón, o sube al pequeño ático.